LA FRASE

"Un virus es un trozo de ácido nucleico rodeado de malas noticias"

Peter Medawar (Zoólogo, médico, inmunólogo, investigador, profesor, traductor, ensayista, crítico literario, divulgador científico filósofo británico. Premio Nobel de Medicina de 1960 por sus investigaciones en inmunología y su aplicación en transplantes de órganos).

viernes, 12 de abril de 2013

No es lo mismo

Y por si todavía a alguien le quedara alguna duda, educación y formación académica no es lo mismo. Mientras la educación es ese conjunto de valores que se inculca a los niños, la formación académica consiste en aportar conocimientos en las diferentes disciplinas que constituyen el acervo intelectual. Y desde luego y bajo nuestro punto de vista, mientras la primera se transmite fundamentalmente en la familia y principalmente con el ejemplo, la segunda constituye la razón de la existencia de esas entidades tan queridas y respetadas que son escuelas y colegios, que transmiten con soberana paciencia los conocimientos de generación en generación. Cosas bien distintas aunque complementarias que se desarrollan de manera simultánea e incluso, en ocasiones, se solapan. Por esta razón, la colaboración entre los agentes implicados, familia y colegio, resulta vital para que el objetivo, un adulto educado y formado, sea factible. Es contraproducente para un niño quitar autoridad al profesor o al colegio aunque no siempre se esté de acuerdo con su actuación. Pero también lo contrario, cuestionando la autoridad de los padres en la educación de su hijo o predicando en ambos casos con el ejemplo ideas contrapuestas. De ahí la importancia, y no sólo académica, de una adecuada elección del centro en sintonía con la familia.

Algunas conductas familiares relacionadas con el colegio son, según nuestra opinión, especialmente dañinas. Una mentira como excusa para alcanzar objetivos que de otra manera complicarían la situación...y pongo un par de ejemplos: decir que se va a recoger al niño en coche porque va al médico cuando en realidad es que la familia se va de viaje o poner una nota de dieta a la hora de comer porque al niño no le gusta la comida de ese día. Resultado: el niño aprende que se puede conseguir lo que se quiere mintiendo…mal asunto y más cuando a él le exigimos sinceridad . Una nota de retraso poniendo como excusa el tráfico o un accidente o la verdad: que el desayuno se ha alargado unos minutos por la celebración del día del padre, hecho que incluso puede acabar valorándose como una falta de respeto hacia el colegio como autoridad académica.

La familia elige, es más debe elegir, qué valores quiere transmitir a sus hijos, y el colegio deberá respetar esa decisión tan importante. Es la única manera de formar personas, no ovejas, mentes críticas y con prioridades más humanistas y proteger así la necesaria diversidad familiar. Y, desde luego, el colegio puede no compartir en absoluto la decisión tomada por los padres pero , “sensu contrario”, debe acatarla (siempre claro que no atente contra la integridad física o moral del menor) aunque eso no quita para que, sujeto a la normativa específica, posteriormente tome las medidas oportunas en caso de ser necesario.

La educación de nuestros hijos es un derecho y una responsabilidad de las familias. Y aunque bien es cierto que hay algunos padres que lo “delegan” en el centro, otros muchos siguen educando día a día a sus hijos en un proceso que los colegios pueden complementar pero en el que no deben interferir de forma negativa. 

PD: y no quiero desaprovechar la ocasión para agradecer a mis maestros su dedicación y paciencia al transmitirme sus conocimientos, pero sobre todo dejar constancia del infinito agradecimiento hacia mi familia por enseñarme que un padre es más importante que un rey godo y que a veces merece la pena recibir un rapapolvo por llegar unos minutos tarde si los hemos empleado en recibir o en decir un “ te quiero”. 

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