La invitación no lo advertía pero los niños tenían prohibido acudir. Una fiesta de celebración del 40º Aniversario que estaba "cargada de emociones y recuerdos que querían compartir con nosotros" y que contaría además con la presencia del lehendakari Patxi López. Pero para nosotros no pudo ser porque aún teniendo dos plazas reservadas con antelación, el mismo día del evento me llamaron desde el colegio para decirme que no podía acudir con mi hijo de 12 años. El niño iba a sustituir a su padre que no podía asistir, pero su presencia no era bien recibida. Entiendo que el acto requería cierta solemnidad pero no creo que la asistencia de niños adolescentes lo desluciera. Los niños de 12 años son capaces de participar en un acto social como éste comportándose como un adulto, pero también de sufrir por una absurda discriminación. Me sentí rechazada por ir acompañada de un niño, por elegir de pareja a un alumno del centro para el que sin duda, este hubiera sido un día inolvidable. En mi opinión, los responsables del Colegio que han decidido que no debían acudir niños, se han equivocado. Lástima porque leo en la prensa que en la fiesta se habló de un colegio abierto y plural, en el que desgraciadamente no todos pueden participar.
Firmado: Maite Pelayo
Firmado: Maite Pelayo